Ab. Jaime Roldós Aguilera, todo sobre su vida
Abogado y político guayaquileño nacido el 5 de noviembre de 1940, hijo del Lic. Santiago Roldós Soria y de la Sra. Victoria Aguilera Mouton.
Todos sus estudios los realizó en su ciudad natal, y luego de obtener el título de Bachiller en el colegio Vicente Rocafuerte, ingresó a la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad de Guayaquil donde tras brillante examen se graduó de Abogado de la República. Por esa época ya había hecho sus primeras incursiones en la política y había sido elegido Diputado por la provincia del Guayas a las asambleas de 1968 y 1970.
A principios de 1979 -luego de un largo período de dictaduras militares-, respaldado por su tío político y Director Supremo del C.F.P., don Assad Bucaram, fue propuesto su nombre como candidato a la Presidencia de la República.
Inicialmente su figura no fue vista con buenos ojos, especialmente por aquellos que aún pretendían mantener las viejas estructuras políticas que tanto daño habían hecho al país; pero poco a poco su imagen carismática fue ganando adeptos y simpatizantes en toda la República, que empezaron a ver en él una nueva y diferente opción política, y sus discursos -sin demagogia ni poses caudillistas- llegaron al corazón de los ecuatorianos que con votación abrumadora lo convirtieron, a los 39 años de edad, en el Presidente Constitucional más joven de nuestra historia republicana.
Asumió la primera magistratura el 10 de agosto de 1979, y contra todos los vaticinios y pronósticos de los observadores políticos, en muy poco tiempo demostró su verdadera capacidad administrativa y política, gobernando con total independencia y sin entregarse al manoseo de ningún partido político. Se decía entonces que la consigna era: “¡Roldós a la Presidencia, Bucaram al Poder!”, pero esto estaba muy lejos de cumplir los ideales del joven mandatario, que se apartó de dicha pretensión ocasionando un terrible distanciamiento con el líder populista, que desde ese día se le presentó como su más feroz opositor.
Como consecuencia de este distanciamiento con el partido que lo había llevado al Poder, un grupo de congresistas que se identificaba con sus principios ideológicos crearó el partido político Pueblo, Cambio y Democracia.
Muy pronto le tocó enfrentar las gravísimas consecuencias fiscales que había heredado de las dictaduras anteriores, y con valor y determinación tomó decisiones que debieron ser adoptadas muchos años antes por gobiernos que demagógicamente se habían hecho los ciegos ante la realidad económica del país. Para resolver algunos problemas que mantenían agónica la economía nacional suspendió el subsidio a varios productos de primera necesidad y, a sabiendas de que sería una medida antipopular, en histórica resolución decretó el aumento de los combustibles, para poder así incrementar los ingresos en las arcas fiscales.
Estas medidas propiciaron un inquietante clima de agitación social e incertidumbre económica, por lo que el 8 de marzo de 1980, en multitudinario acto realizado en la plazoleta de San Francisco, en Quito, presentó y puso en vigencia el Plan Nacional de Desarrollo, por medio del cual pretendió solucionar la crisis.
Roldós era hombre de criterio maduro, profundos pensamientos y seguro juicio; en sus deliberaciones con sus ministros cambiaba de idea y rectificaba opiniones anteriormente vertidas por él, si le convencían de que otras eran mejores. Era, en lo personal, un hombre dulce, afable, confiado y veraz, de cuyas conversaciones y discursos brotaron siempre pensamientos patrióticos, equitativos y razonables, que demostraron su visión amplia y sagaz de las cosas.
El 22 de enero de 1981 soplaron vientos de guerra en la cordillera del Cóndor, cuando los destacamentos y avanzadas militares de Paquisha, Mayaicu y Machinaza fueron atacados por fuerzas militares peruanas. Inmediatamente la juventud ecuatoriana hizo oír su indignada voz de protesta, y en Guayaquil los estudiantes buscaron patrióticamente los cuarteles y centros de reclutamiento para tomar las armas e ir a defender las fronteras. Afortunadamente y gracias a la brillante intervención del canciller ecuatoriano, Dr. Alfonso Barrera Valverde, a mediados de febrero el conflicto llegó a su fin y las tropas de ambos países se retiraron de la línea fronteriza, aunque nuestro país debió pagar un precio muy elevado.
El 24 de mayo del mismo año, con motivo de conmemorarse un aniversario más de la Batalla del Pichincha asistió a un acto castrense en el que se rindió homenaje póstumo a los soldados caídos en defensa de nuestra patria durante el conflicto de Paquisha, y donde pronunció uno de sus discursos más vibrantes y patrióticos. Ese mismo día, junto a su esposa, la Sra. Martha Bucaram de Roldós; el Ministro de Defensa Nacional, Gral. Marco Aurelio Subía Martínez y su esposa; edecanes y tripulación del avión presidencial, partió con destino a Zapotillo, en la provincia de Loja, donde iba a recibir un homenaje de gratitud por parte de los pobladores de ese apartado cantón. Aproximadamente a las 15:00 horas (3 p.m.), el avión que conducía al mandatario y su comitiva se estrelló contra la cima del cerro Huairapungo, en el suroccidente de la provincia de Loja, en la jurisdicción del cantón Celica, acabando con las vidas del Presidente y de todos sus acompañantes.
Posteriormente se tejió una serie de comentarios, suposiciones y acusaciones con relación al accidente que puso fin a su vida; se habló de una intriga internacional y hasta del asesinato político, pero ninguna de esas aseveraciones ha podido jamás ser demostrada.
Durante el gobierno de Roldós la reserva monetaria decreció 21 millones de dólares, la inflación se incrementó del 10,1% al 14,7%; la deuda externa aumentó en 25%, el precio de la gasolina en un 150% y el déficit presupuestario llegó al 4,8%.