Mi pluma lo mató También puedes revisar No me quejo, por lo mismo, de la suerte que me ha cabido, ni tengo la ceguera como una gran desgracia; no lloro por ello tan amargamente como lloró el Divino Ciego de Albión, ni acuso a los insensatos que se han reído de mi, juzgando que Dios me ha castigado. Se ha preferido la vara del mercader a la musa de Junín “¡…Juro delante de usted; por el Dios de mis padres; juro por ellos, juro por mi honor y juro por mi patria, que no daré descanso a mis brazos, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español…!” Ni un paso atrás Soldados, os mando que marchéis a la victoria