¿Qué pasó el 2 de agosto de 1810?

Ese día, las dos pequeñas hijas del Dr. Manuel Quiroga, acompañadas por una sirvienta de raza negra que se encontraba encinta, habían ido a visitarlo llevándole el almuerzo. Salinas, enfermo, agonizaba en su lecho; el día anterior se había confesado y comulgado como verdadero católico. Otros patriotas recibían las visitas de sus respectivas esposas; nadie sabía lo que el pueblo estaba preparando…

“Faltaba un cuarto de hora para las 2 p.m., cuando tocaron en las campanas de la catedral a rebato. Seis hombres armados de cuchillos se presentaron delante del portón del Real de Lima: Llamábanse Landáburu, Mideros, Albán, Godoy y dos hermanos Pazmiño” 

(Roberto Andrade.- Historia del Ecuador, tomo I, p. 227).

“Armados de puñales y coraje vencieron la guardia del Real de Lima y penetraron resueltos al interior del cuartel. Sembraron el pánico entre los soldados dispersos en los corredores y el patio de la planta baja y se dirigieron denodadamente a cumplir su principal objetivo: liberar a los próceres”

(Carlos de la Torre Reyes.- La Revolución de Quito del 10 de Agosto de 1809, p. 475)

Momentos después los soldados reaccionaron, y disparando un cañón barrieron con casi todos los atacantes. Seguidamente el Cap. Galup -acompañado de varios milicianos- se dirigió a los calabozos donde permanecían encerrados los patriotas y dio a los soldados la terrible orden: “Fuego a los presos…”

Quiroga se puso en pie tratando de proteger a sus hijitas, mientras que rogando por la vida de su amo, la fiel negra se postraba de rodillas ante los soldados que acababan de entrar en el calabozo. Un brutal sablazo cayó sobre la cabeza de la infeliz negra que murió desangrándose en el piso. Las dos pequeñas se interpusieron entonces entre los soldados y su padre, pero uno de ellos, de un empellón las tiró a un lado y avanzó sobre Quiroga con el sable en alto ordenándole a voz en cuello: Grita ¡Vivan los limeños…!, a lo que Quiroga, erguido como un roble le respondió: “Viva la religión… Viva la fe católica…”, asegurándose de esta manera la absolución de los mártires. Cayó entonces sobre su cabeza el arma homicida y, tambaleándose, ensangrentado, alcanzó a dar algunos pasos hacia la puerta pidiendo “Confesión… Confesión…”.

También puedes leerAsesinato de los Patriotas Quiteños - 2 de Agosto de 1810

“Los que fueron despedazados con hachas, sables y balas, fueron los Ministros de Estado mencionados, el senador Juan Pablo Arenas, el presbítero Riofrío, el Crnel. D. Juan Salinas, los tenientes coroneles Nicolás Aguilera, Antonio Peña y Francisco Javier Ascázubi, el capitán José Vinueza, el joven teniente Juan Larrea y Guerrero, el Gobernador de Canelos, D. Mariano Villalobos, el escribano D. Antonio Olea, D. Vicente Melo y otros, cuyos nombres no menciona la historia. Veintiocho perecieron de esta manera horripilante” 

(R. Andrade.- ídem p. 229).

Aquello fue una carnicería horrible hecha a hombres indefensos, encadenados todavía muchos de ellos. Muy pocos se salvaron.

Mientras tanto, los otros comprometidos, los que debían atacar el cuartel de Santa Fe, vecino al Real de Lima, acobardados al momento de actuar 

“Quedan estáticos a la vista del peligro, y dejan a sus compañeros sacrificados en medio de quinientos enemigos…”

Pedro Fermín Cevallos.- Resumen de Historia del Ecuador, p. 69)

“Consumada la masacre del cuartel, sedientos de venganza y sangre, los soldados salieron a las calles. El pueblo desarmado les enfrentó con coraje. Las casas y los almacenes fueron saqueados, rotos los muebles, espejos, lámparas, cristales y relojes. Los soldados se repartían el dinero robado, tomando como medida la copa de un sombrero. Mataron menos por robar más”

Dr. M. A. Peña Astudillo.- 200 Años y una Vida, p. 63.

Al caer la tarde, las víctimas de la cobardía sobrepasaban las 300, y sólo gracias a la valerosa intervención del obispo José Cuero y Caicedo -quien se presentó valerosamente frente a las autoridades- se pudo detener la masacre y el vandalismo.

Se acordó entonces que se correría un velo sobre los autores de la matanza y que Arredondo abandonaría en corto plazo la ciudad y la Audiencia.

Si quieres conocer otros artículos parecidos a ¿Qué pasó el 2 de agosto de 1810? puedes visitar la categoría 2 de Agosto 1810.

Efrén Avilés

Efrén Avilés Pino, +35 años de estudios, investigación, recopilación y consulta de documentos, libros y archivos relacionados con la Historia y la Geografía del Ecuador; y la Biografía de sus personalidades más notables.

Te puede interesar

Subir